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    La osteopatía profesional es una de las disciplinas manuales más usadas para alcanzar el bienestar integral y los abordajes no invasivos. Aunque hay terapias similares, la osteopatía posee una esencia propia que combina ciencia, sensibilidad clínica y una compresión profunda del cuerpo humano. Si quieres conocer su relevancia hoy en día, es importante entender su evolución y los principios que sostienen la práctica. Así que, no te pierdas nuestro blog.

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    Historia de la osteopatía: una visión diferente de la salud

    La osteopatía fue creada a finales del siglo XIX por Andrew Taylor Still, un médico que creía que el cuerpo requería de tratamientos más respetuosos y menos invasivos como los que había en su época. Después de años de estudio, Still desarrolló una filosofía basada en la capacidad del organismo para autorregularse y en la importancia de la relación entre estructura y función. Su enfoque cambió la manera de entender la salud, ya que se centraba en tratar síntomas y su causa real.

    Con el paso del tiempo, este enfoque primero se difundió por Estados Unidos y luego por Europa, donde se desarrolló académica y clínicamente. Desde entonces, la osteopatía profesional ha evolucionado en técnicas, campos de aplicación y modelos formativos. Así, se ha convertido en una terapia altamente valorada por su visión global del cuerpo.

    Principios base de la osteopatía profesional

    Para entender por qué la osteopatía es tan particular, es importante profundizar en sus tres principios fundamentales.

    1. El cuerpo es una unidad funcional, donde cada sistema se relaciona de forma directa e indirecta con los demás. Esto significa que una molestia localizada puede tener su origen en una zona distante.
    2. El organismo tiene una capacidad innata de autorregulación y autocuración. Esto convierte al osteópata en un facilitador de esos procesos naturales. Mediante su trabajo manual libera limitaciones que no dejan al cuerpo funcionar con normalidad.
    3. La estructura y la función están conectadas. Cuando la estructura se ve afectada, la función altera su ritmo, y el objetivo de la intervención osteopática es establecer el equilibrio entre ambas.

    Estos principios convierten a la osteopatía profesional en una disciplina que analiza cada caso, teniendo en cuenta el área dolorida, los factores mecánicos, emocionales y funcionales.

    Diferencias entre la osteopatía y otras disciplinas de salud

    La osteopatía a menudo se relaciona con la fisioterapia, la quiropraxia o los masajes terapéuticos, pero en realidad presenta características propias que la diferencian. Si algunas disciplinas se enfocan en tratamientos concretos o solo en la sintomatología, la osteopatía aborda al cuerpo desde una visión integradora, buscando siempre el origen profundo del desequilibrio.

    Otra diferencia clave es el método de evaluación. La osteopatía profesional usa un análisis manual minucioso que permite identificar limitaciones en tejidos, articulaciones, movilidad general y dinámica interna. Esta evaluación contempla la interacción entre todos ellos para restablecer el equilibrio global del organismo. Así, su objetivo es favorecer un funcionamiento óptimo que reduzca molestias presentes y prevenga futuras alteraciones.

    Diferencias entre un fisio y un osteópata

    La diferencia entre un fisio y un osteópata está principalmente en el enfoque con el que trabajan el cuerpo. El fisioterapeuta se centra en la rehabilitación de lesiones concretas. Suele actuar sobre una zona específica que presenta dolor, limitación de movimiento o daño, muchas veces tras un diagnóstico médico. Su objetivo es recuperar la función mediante ejercicio terapéutico, técnicas manuales y otros recursos físicos.

    El osteópata aborda el cuerpo desde una visión global. No trabaja solo donde duele, sino que busca el origen del problema en posibles desequilibrios de otras zonas. Su objetivo es restablecer el equilibrio general del organismo para que el cuerpo se autorregule.