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    Cuando hay situaciones de desigualdad en cualquier sociedad es necesaria la incorporación transversal de la perspectiva de género o, conocida también, como el mainstreaming. Este concepto debería aplicarse siempre que los poderes públicos tuvieran que intervenir en el diseño, planificación, ejecución y evaluación de sus políticas. También, cuando analicen las situaciones de desigualdad entre mujeres y hombres y sus diferentes necesidades e intereses, así como su impacto en dichas desigualdades.

    En este articulo te explicamos en qué consiste esta línea de acción social y qué elementos la componen. Así que, sigue leyendo o, aprende más sobre perspectiva de género con nuestra maestría.

    ¿En qué consiste la transversalidad de la perspectiva de género o mainstreaming?

    La transversalidad de género es un concepto que no se limita a la promoción de la igualdad o a la creación de medidas a favor de las mujeres. En verdad, moviliza a favor de la igualdad el conjunto de acciones y políticas generales y hace visible la atención a los posibles efectos sobre las distintas situaciones de mujeres y hombres.

    Según el Grupo de expertos del Consejo de Europa (1998), el mainstreaming es la organización, mejora, desarrollo y evaluación de procesos políticos de manera que la perspectiva de género se incorpore en todas las políticas. Tanto en niveles y etapas, como por los actores implicados en la adopción de medidas públicas.

    Por lo tanto, la transversalidad se refiere a que toda persona que participa en una política de igualdad debe aplicar la perspectiva de género por igual. Desde la persona que diseña un programa hasta la persona que lo ejecuta, ya sea hombre o mujer.

    Principios de la perspectiva de género

    Como hemos dicho, la transversalidad de género es una estrategia efectiva para alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres en las políticas públicas. Además, supone una contribución a la eliminación de las desigualdades de género y la corrección de procedimientos para impulsar un cambio social. No es la aplicación temporal de ciertas medidas, sino que es la ejecución de políticas transversales de género que supongan un cambio estructural en la sociedad.

    En este sentido, el mainstreaming se basa de los siguientes principios:

    • La idea de que hombres y mujeres están sujetos a una manera de ser definida por preceptos de género.
    • Un orden social estructurado en la distribución desigual del trabajo, de los roles sociales y del poder, que es lesivo para hombres y mujeres.
    • Aplicar el enfoque transversal de género supone el cuestionamiento de la organización social tradicional que constituye el patriarcado. También, es la participación en la creación de una alternativa organizacional según las necesidades e intereses de hombres y mujeres.
    • Se basa en la participación paritaria en la toma de decisiones.
    • Es una intervención social y una postura ética-política que trasciende el ámbito público profesional e influye en la vida de quienes forman parte del proceso.
    • Es un análisis crítico y renovado de la realidad en beneficio de la satisfacción de las necesidades de la ciudadanía.
    • Afecta a todas las instituciones políticas y ámbitos de la vida porque busca la transformación de la sociedad a un orden paritario.

    Elementos en la integración del mainstreaming de género

    Formación técnica permanente. La incorporación de la perspectiva de género es un proceso complejo que cuestiona lo elaborado hasta el momento. Es decir, metodología, presupuestos para la intervención, prioridades, objetivos, entre otros. Por lo tanto, es normal que haya resistencias a transformar lo que se había estado haciendo. Las intervenciones en cuestiones del desarrollo local no pueden definirse únicamente a la utilización de datos desagregados por sexo y al lenguaje no sexista. En definitiva, requiere de una formación técnica permanente.

    Otros de los elementos necesarios para integrar la transversalidad de género se concentran en las siguientes ideas:

    • Voluntad de la representación política y personal técnico.
    • Recursos técnicos y presupuestarios con la identificación de programas específicos e integrados en políticas generales.
    • Compromiso social y personal con la igualdad como valor y prioridad social.
    • Planeación de métodos, indicadores de evaluación y recursos.
    • Integración de agentes y organizaciones implicadas.

    Los recursos existentes en materia de igualdad de género tienen la finalidad de disponer instrumentos comunes de conocimiento y comunicación. Todo esto entre los agentes socioeconómicos públicos y privados que trabajan a favor de la igualdad y reforzar la cooperación.