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    Hoy en día, el coaching es una herramienta muy popular para el desarrollo personal y profesional. Muchas personas lo ven como un recurso clave para alcanzar metas, superar bloqueos y mejorar su vida. Pero el coaching no surgió de la nada, ni es solo una moda reciente. Tiene raíces profundas en la filosofía y la psicología, y su historia se extiende desde la época clásica hasta la actualidad. Si te interesa conocer la historia del coaching, te invito a este recorrido para entender sus orígenes, cómo ha evolucionado a lo largo de los siglos y en qué se ha convertido hoy.

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    Orígenes filosóficos y psicológicos del coaching

    El coaching, tal como lo conocemos, combina influencias filosóficas, educativas y psicológicas. No se inventó en un momento concreto, sino que se ha ido construyendo a partir de ideas y prácticas que se desarrollaron a lo largo de la historia. Veamos sus raíces a lo largo de distintas épocas.

    Época clásica

    El germen del coaching se encuentra en la filosofía griega, especialmente en Sócrates. Su famoso método socrático consistía en hacer preguntas para ayudar al otro a reflexionar, cuestionar sus creencias y descubrir sus propias respuestas. Más que dar soluciones, Sócrates ayudaba a sus discípulos a pensar por sí mismos. Este enfoque de “acompañar mediante el diálogo” es un pilar del coaching moderno. Por eso, a menudo se dice que los coaches son “socráticos contemporáneos”: no dicen qué hacer, sino que ayudan a que el coachee descubra su propio camino.

    Edad Media

    En la Edad Media, la transmisión del conocimiento estaba más centrada en la enseñanza dogmática, pero encontramos influencias interesantes para el coaching en las relaciones maestro-discípulo. En monasterios y universidades medievales, la figura del mentor o tutor era clave: alguien con experiencia que guiaba al aprendiz no solo en conocimientos, sino en la formación del carácter y el juicio.

    Aunque más jerárquico que el coaching moderno, este acompañamiento personalizado fue un paso importante hacia la idea de “desarrollo individual con guía”.

    Edad Moderna

    En la Edad Moderna, se afianza la idea de educar para el pensamiento crítico. Filósofos como Descartes y Locke defendieron la importancia de la razón, la duda metódica y la reflexión personal. Más adelante, en el siglo XIX, se consolidaron prácticas de mentoring y tutorización individual en ámbitos académicos y profesionales. También se expandió la idea de que cada persona podía mejorar y desarrollarse con el acompañamiento adecuado.

    En el siglo XX, la psicología humanista (con Carl Rogers como referente) fue fundamental. Rogers propuso una relación terapéutica centrada en la empatía, la escucha activa y la confianza en el potencial de la persona para crecer.

    Aunque el coaching no es terapia, toma de ahí muchas de sus bases relacionales: escuchar sin juicio, hacer preguntas poderosas y confiar en la capacidad del coachee para encontrar sus respuestas.

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    Coaching en la actualidad

    El coaching moderno comenzó a tomar forma clara en las últimas décadas del siglo XX. Se consolidó como disciplina diferenciada de la psicología o la consultoría, con su propio enfoque y metodología.

    En los años 70 y 80, Timothy Gallwey popularizó el Inner Game, aplicando principios de reflexión y autodescubrimiento al deporte, especialmente al tenis. Su enfoque demostró que el diálogo interno y la conciencia eran tan importantes como la técnica física.

    John Whitmore llevó estas ideas al mundo empresarial con su modelo de coaching ejecutivo y su famoso modelo GROW (Goal, Reality, Options, Will). Whitmore mostró cómo el coaching podía ayudar a directivos y equipos a clarificar metas, explorar opciones y comprometerse con planes de acción.

    Desde entonces, el coaching se ha expandido enormemente:

    • Coaching personal (life coaching) para objetivos de vida.
    • Coaching ejecutivo para líderes y empresas.
    • Coaching de equipos y organizaciones.
    • Coaching educativo para docentes y estudiantes.
    • Coaching deportivo para el rendimiento y la mentalidad.

    Hoy en día, el coaching se reconoce como una disciplina profesional con estándares éticos y metodológicos claros. Existen federaciones internacionales (como la ICF) que certifican coaches y promueven buenas prácticas.

    El enfoque sigue siendo el mismo en esencia: acompañar a las personas a reflexionar, tomar conciencia, descubrir sus propias respuestas y actuar para lograr sus objetivos.

    La historia del coaching es un fascinante viaje que conecta la filosofía clásica, las tradiciones educativas, la psicología humanista y las necesidades del mundo contemporáneo. Aunque hoy veamos coaches en empresas, gimnasios o consultas personales, su esencia sigue siendo la misma que inspiró a Sócrates: ayudar al otro a pensar, reflexionar y encontrar su propio camino. El coaching actual recoge siglos de sabiduría y la aplica de forma práctica para que cada persona pueda desarrollarse, superar barreras y alcanzar sus metas de manera consciente y sostenible.

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