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    Debido a la saturación de información y el acelerado ritmo de vida que en general se tiene, la gente vive en un estrés constante. Esta falta de control emocional provoca que el desempeño en las actividades sea menor y surjan ataques de ansiedad. Por esta razón, cada vez más se practican ejercicios de atención plena con los que se trabaja cuerpo y mente para tener mayor estabilidad. ¿Te gustaría saber qué otros beneficios se obtienen con el mindfulness? Sigue leyendo o aprende profesionalmente sobre el bienestar con nuestra Maestría en Psicología Holística.

    ¿Qué es la atención plena y para qué sirve?

    La atención plena es una antigua práctica que consiste en estar consciente en el momento. Practicar la atención plena implica percatarse de todo lo que sucede alrededor, dejar de estar en piloto automático y experimentar la vida como se desarrolla en el momento presente, tanto en lo bueno como en lo malo.

    Se trata de una disciplina que sirve para manejar el estrés, enfrentar mejor algunas enfermedades y reducir la ansiedad y la depresión. La práctica diaria o recurrente de la atención plena permite mejorar la capacidad de relajación, aumentar el entusiasmo por la vida y, también, la autoestima de quién lo practica.

    Ejemplos de atención plena

    Para obtener la atención plena es necesario darle al botón de pausa de nuestro día a día y poner en práctica algunas actividades que nos ayuden a ser más conscientes de dónde estamos en cada momento. Para ello, se puede realizar una meditación sentada, dejar fluir los pensamientos o poner en práctica algunos de los ejercicios de atención plena recomendados por los expertos.

    He aquí algunos ejemplos de atención plena que podemos poner en práctica:

    • Meditar 10 minutos cada día.
    • Realizar tareas rutinarias conscientemente. Por ejemplo, cepillarnos los dientes.
    • Leer en silencio.
    • Comer sin nada de fondo, tratando de diferenciar todos los sabores, texturas y temperaturas.
    • Caminar con mayor lentitud, sin la prisa habitual.
    • Encontrar 10 minutos de nuestra rutina para beber té conscientemente.

    ¿Cuáles son los beneficios de la atención plena?

    El mindfulness, conocido también como conciencia plena, es un método de meditación. Su objetivo es alcanzar la completa atención de lo que se hace, sin apegarse o rechazar la experiencia. También, la intención es aprender a gestionar a las emociones, actitudes y pensamientos para afrontar diversas situaciones.

    Con la práctica constante de este método se desarrolla la atención plena en cada momento. Esto genera sensaciones positivas, físicas y mentales, que ayudan al conocimiento personal y la aceptación. Además, se usa como soporte a las psicoterapias que tratan de solucionar trastornos de ansiedad, sueño o la tolerancia al dolor. A continuación, te contamos otros de sus beneficios.

    Ayuda a la relajación corporal y mental

    Como ya hemos mencionado, el estilo de vida ajetreado provoca tensión, depresión y ansiedad. Al practicar ejercicios de atención plena se reducen los niveles de cortisol, hormona que se produce por el estrés.

    Es importante mantener el cuerpo en un estado de calma y tranquilidad para que no se afecte la salud. Al estar en serenidad, los niveles de cortisol bajan y provocan que la presión arterial disminuya. Si el cortisol aumenta en momentos que no se necesita regular la energía el cuerpo, puede haber consecuencias negativas.

    Asimismo, el mindfulness ayuda a dormir mejor y a eliminar el insomnio. Al tener un mayor control de las emociones y los comportamientos, se aprende a no generar preocupación por todo. Así, cuando es momento de dormir, la persona asimila que es tiempo de descansar y aleja todo lo que se lo impide.

    Atención plena para un mejor desempeño

    Otro de los beneficios que produce esta práctica es la capacidad de dirigir de manera intencionada los procesos mentales para aumentar la concentración. Todo ello a partir del entrenamiento de la conciencia corporal y mental. Así, al tener una mente calmada se tiene espacio para nuevas ideas que favorecen la ejecución de cualquier actividad.

    Este método se usa también como tratamiento complementario en problemas de déficit de atención. Además, influye positivamente en la flexibilidad cognitiva y en la selección de estímulos relevantes para estar atentos mayor tiempo.

    Desarrolla la inteligencia emocional

    La atención plena ayuda al conocimiento personal, es decir, a analizar el interior para mostrarse tal y como es la persona. En definitiva, puede mejorar la autoconsciencia y esto producir cambios positivos internos.

    Este proceso de autoconocimiento invita a la compasión por uno mismo y a que las cosas no afecten tanto al estado de ánimo. Básicamente, se posee un mayor control emocional que re refleja además en las relaciones interpersonales. La razón de esto es que, dicha habilidad de reaccionar de forma adecuada al estrés, facilita la comunicación asertiva con otras personas. Por lo tanto, se reduce la tendencia a crear conflictos por malos entendidos y actitudes negativas.

    Realmente, la clave en esta práctica es encontrar la esencia de lo que somos. Al conectar con el yo interior se aprende a reaccionar de forma más consciente y eficaz a las cosas que pasan. Así, gracias al mindfulness, identificamos lo que nos causa malestar o incomodidad y tratamos de reducir su intensidad.