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    El área de recursos humanos es el encargado de cuidar el buen funcionamiento de los trabajadores. En efecto, controla el correcto desenvolvimiento del ambiente laboral para que haya un bienestar común. Sin embargo, hay momentos en que se puede llegar a generar un conflicto laboral entre diferentes personas. Si este no es solucionado a tiempo, puede ser perjudicial para la empresa. Por eso, es necesario contar con el equipo adecuado para que dé soluciones rápidas. ¿Te gustaría saber cómo gestionar un problema de trabajo? Sigue leyendo que te lo contamos. O, fórmate con nuestro curso de recursos humanos.

    ¿Cuándo se da un conflicto laboral?

    Un conflicto en la oficina se puede generar por las diferencias producidas entre un grupo de personas. Es normal e inevitable que haya conflictos dentro de una empresa, ya que la toma de decisiones constante provoca divergencias.

    Así, en una organización puede haber más de un conflicto laboral, según la naturaleza de los mismos. Por ejemplo, hay conflictos por discusiones entre compañeros o por exigencias de la plantilla al jefe. También, puede haber inconformidad en la función de un trabajador y en el organigrama de la empresa. Igualmente, puede ser motivo de conflicto la discriminación de género, la diversidad cultural y la discriminación étnica.

    No obstante, es importante saber que los conflictos laborales son muy dañinos si no hay soluciones efectivas. Por ello, una buena gestión incluso puede favorecer el desarrollo de la empresa y de los trabajadores. Por esta razón, el encargado de recursos humanos y la dirección deben hacer frente a todo tipo de problemas y no dejarlos de lado.

    Características de los conflictos laborales

    Los conflictos laborales cuentan con ciertas características. Por ejemplo: son inevitables, suceden porque es normal que haya problemas asociados a la vida de las personas. También, son altamente peligrosos, ya que pueden provocar problemas mucho más grandes de los que son o parecen. Incluso, en ocasiones son necesarios porque favorecen y mejoran el crecimiento de los trabajadores y las empresas.

    Un conflicto laboral se encuentra dentro de la categoría de problemas, pero estos últimos son más objetivables, más concretos y generalizables. Así, todos los conflictos son problemas, sin embargo, no todos los problemas son conflictos.

    En cuanto a los tipos de conflictos en el trabajo, existen varias y diversas categorías. Pero si pensamos de manera genérica y los atendemos según su utilidad, existen dos tipos. Uno de ellos son los conflictos improductivos, es decir los que perjudican a las personas y a las organizaciones. Y otros son los conflictos productivos, de estos se obtienen beneficios cuando se cuenta con una solución. Un ejemplo de este tipo de conflictos es estimular el interés o aumentar la cohesión del grupo. También, se puede aumentar la motivación hacia una actividad, favorecer la autocrítica e incentivar el aprendizaje y el conocimiento constante.

    ¿Cómo gestionar los conflictos laborales?

    Para comenzar y aunque sea muy obvio, no es sencillo gestionarlos. Esto es así porque en los conflictos laborales median muchos factores. En ocasiones, estos factores están ocultos para la otra parte o para aquel que asume el papel de moderador. Así que, resolver un conflicto laboral puede ser complicado según cómo se maneje. En ciertas ocasiones, el problema es tan grande que hay recurrir a ayuda legal. Para eso, te contamos las mejores formas de dar solución a un conflicto.

    • Negociación de conflictos: la mejor manera de solucionar algo es mediante la negociación. A través de una escucha activa se busca elaborar una propuesta conjunta. Para lograr esto las partes intercambian opiniones y cooperan.
    • Arbitrar o mediar el conflicto laboral: este proceso consiste en que las partes se asignen a un tercero  para que dé una solución. Las dos partes deben elegir voluntariamente la decisión del árbitro. También, una persona puede adoptar una posición neutral y mediar la respuesta al problema.
    • Conciliación laboral: con este método las partes involucradas buscan acercar sus posturas con todas las garantías legales. También, deberán ser asistidas por un conciliador.
    • Amigable composición: el área de recursos humanos usa este método para encargar a uno o varios la resolución del problema. En esta otra opción, los amigables componedores gozan de prestigio, trayectoria y solvencia moral para parar un conflicto.

    Estas formas de resolver conflictos te servirán bastante si las aplicas en el momento indicado. No olvides que plantar cara a un problema lo antes posible, te ayudará a evitar que este aumente. También, recuerda que ser imparcial es fundamental para no ponerte en contra de nadie. A la vez, identificar las causas del conflicto y las personas que lo provocan, te ayudará a liberar tensión en el equipo. No obstante, lo más importante es procurar que siempre predomine el diálogo, el respeto y la tolerancia. Así se fomentará un buen ambiente laboral.