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    Las emociones y sentimientos tienen una gran fuerza sobre las personas y pueden manejar su pensamiento y comportamiento. Por ello, están muy relacionados en el estudio de la psicología. Últimamente, se han creado diversas teorías que hacen un intento por entender porqué y cómo funcionan las emociones humanas. Además, en el ámbito de la psicología, a la inteligencia emocional se le ha dado mayor atención por los efectos positivos en el bienestar de la gente y su desarrollo emocional.

    Así, si se desea saber controlar las emociones es importante desarrollar la inteligencia emocional desde la infancia. Para lograr esto, una buena manera es utilizar herramientas de la psicología emocional. Con ayuda de esta terapia se pueden potenciar las competencias socio-emocionales en la etapa infantil y en la adolescencia. Como consecuencia serán capaces de reconocer, detectar y gestionar sus emociones y de quienes les rodean.

    No obstante, los niños y niñas necesitan de algún profesional que pueda estimular esta capacidad a través de diversas actividades. Por lo tanto, te contamos algunas ideas para impulsar la psicología emocional de los pequeños. O, te proponemos nuestra Escuela de Pedagogía por si tienes interés en formarte de manera profesional.

    ¿Qué son las emociones?

    Las emociones se han definido a lo largo del tiempo como un profundo estado afectivo. También, como una reacción compleja que sucede como consecuencia de transformaciones físicas o psicológicas. Así, dicho estado y reacción influyen tanto en pensamiento y conducta.

    En el ámbito de la psicología, las emociones están relacionadas a diversas manifestaciones del humor y la personalidad. Así como del estado de ánimo o la motivación. Según David G. Meyers, un psicólogo especialista explica que las emociones humanas “son un comportamiento expresivo y una experiencia consciente”.

    En este sentido, saber controlar las emociones desde la infancia es la clave para el bienestar de las personas a largo plazo. Esto es así porque el autoconocimiento, la regulación sentimental o la empatía afectan positivamente a su estado de ánimo. Así como a las relaciones personales, al desarrollo laboral o al deportivo.

    Ejercicios para fortalecer las emociones y sentimientos en niños y niñas

    Existen diversos ejercicios que despiertan la inteligencia emocional en la infancia. Con ellos ayudas a gestionar los conflictos, tanto en casa como en el aula. Además, enseñas a canalizar sus emociones y a que se conozcan mejor a sí mismos.

    Por eso, si les inculcas con juegos ideas como validación o gestión emocional, les será más fáciles aplicarlas en su vida. Esto se verá reflejado en su desarrollo en el mundo organizacional como en el deportivo. Así, un adecuado control emocional está facilitará su rendimiento en cualquier aspecto. A continuación, te contamos algunas dinámicas para fortalecer las emociones y sentimientos en los pequeños.

    Juego del nombre

    El autoconocimiento ayuda a fortalecer la confianza en uno mismo. Esta es una cualidad propia de las personas emocionalmente inteligentes. Por lo que hay que trabajarla desde una edad temprana.

    Un buen ejercicio para que los niños aprendan a conocerse consiste anotar en un papel su nombre. Después, deberán escribir un rasgo positivo de su personalidad que ellos consideren que les defina. También, el pequeño pondrá en la otra cara de la hoja el nombre de alguien que sea importante en su vida y lo que esa persona hace por él. Por ejemplo: “mamá, amor”. Con esto aprenderán a reconocer lo bueno de su persona y lo que las otras personas consideran positivo al estar con ellos.

    Reacción ante una situación

    Saber reaccionar a diferentes situaciones es otro aspecto que se trabaja desde las emociones y sentimientos. Y qué mejor ejercicio que simular una acusación y pensar cómo responder a ella. Para ello, como monitor, padre o madre puedes inventarte una historia en la que una persona es acusada de algo. Lo importante es que los niños o niñas y jóvenes se identifiquen con los personajes.

    Posteriormente, cada participante explicará cómo sería su reacción a la situación determinada. De esta manera, puedes clasificar las respuestas y abrir un debate en el que todos participen. Evidentemente, hay que ayudarles a reflexionar sobre cuál es el mejor camino que lleve a una conciliación.

    Escucha activa

    Para desarrollar la escucha activa, cualidad que atiende las acciones de los otros, puedes colocar unas sillas que formen un círculo. Con esto, los participantes se sentarán dos minutos en cada sitio y después cambiarán. Se establecerá un tema de conversación y los participantes hablarán por turnos. El reto es que cada uno se fije tanto en su lenguaje verbal como en el no verbal. Después, los roles se intercambian. Cuando hayan pasado dos minutos se cambian de sitio para seguir el ejercicio con otro participante.

    Expresar sentimientos, ideas y valores

    Con esta actividad se busca desarrollar la empatía, y para ello es importante escuchar y conocer al otro. Así, puedes repartir fotos o recortes para que cada participante elija dos. A continuación, cada uno explica las emociones y sentimientos que les provocan, los valores y las razones por las que eligieron esas piezas. De esta manera ponen en práctica la escucha hacia los demás y el respeto hacia los otros.

    ¿Cuál es el objetivo de la psicología emocional?

    Con la psicología emocional, además de elevar la autoestima, los niños y niñas refuerzan sus rasgos positivos. Además, aprenden a confiar en sus capacidades lo que les ayuda a potenciar ciertos talentos y a descubrir sus virtudes. También, a desarrollar emociones y sentimientos positivos e incrementar sus fortalezas.

    No obstante, es importante saber que cuando se llega a la adolescencia los jóvenes experimentan grandes inseguridades. Por lo que, ser inteligente emocionalmente desde antes mejorará su capacidad de socialización y su empatía.  En definitiva, gracias a las técnicas de psicología, aplicadas a las emociones, niños y jóvenes reforzarán su inteligencia emocional para tener una vida más estable y agradable.