+34 91 005 92 36 comercial@esneca.lat
  • Português
  • 0 elementos

    ¿Sabías que el rendimiento físico de un deportista depende directamente de cómo su cuerpo produce y utiliza la energía? Esta energía no surge por arte de magia. Se genera a través de lo que se conoce como sistemas energéticos en el deporte, un conjunto de procesos bioquímicos que permiten al cuerpo responder a la demanda física durante el ejercicio.

    Entender cómo funciona la obtención de energía no solo es clave para mejorar el rendimiento deportivo, sino también para diseñar entrenamientos y planes nutricionales realmente efectivos. En este artículo te explicamos qué son los sistemas energéticos, cómo se clasifican y cuál es su relación con la nutrición deportiva.

    Si quieres aprender más y convertirte en un experto en la materia, te recomendamos la Maestría en Nutrición Deportiva + Maestría Experto en Coaching Nutricional.

    Maestría Internacional en Nutrición Deportiva + Maestría Internacional Experto en Coaching Nutricional

    ¿Qué son los sistemas energéticos en el deporte?

    Los sistemas energéticos son los mecanismos que utiliza nuestro cuerpo para generar energía, en forma de ATP (adenosín trifosfato), durante la actividad física. Esta molécula actúa como el combustible principal para los músculos y es indispensable para realizar cualquier tipo de esfuerzo.

    Existen diferentes vías metabólicas para producir ATP, y cada una se activa en función del tipo, la duración y la intensidad del ejercicio. A lo largo de un entrenamiento o competición, estos sistemas trabajan simultáneamente, aunque uno de ellos predomina según las condiciones del esfuerzo.

    ¿Qué tipos de sistemas energéticos hay?

    Podemos clasificar los sistemas energéticos en tres tipos, según lo que demanda el deportista energéticamente. Estos tres tipos proveen de energía a los músculos y están activos en todo momento. Sin embargo, cada uno tiene más o menos prioridad según la duración del ejercicio, su intensidad y la cantidad de sustrato energético. A continuación, te explicamos cómo funciona esta clasificación. 

    1. Sistema anaeróbico aláctico (sistema de fosfágenos)

    Este sistema proporciona energía inmediata gracias a las reservas de ATP y fosfocreatina almacenadas en los músculos. No produce ácido láctico y es ideal para ejercicios muy intensos y breves, como un sprint o un levantamiento de pesas. Suele activarse durante los primeros 10 segundos de actividad.

    2. Sistema anaeróbico láctico (glucólisis anaeróbica)

    Cuando las reservas de ATP y fosfocreatina se agotan, el cuerpo recurre a la glucosa para sintetizar ATP. Este proceso genera ácido láctico, lo que produce fatiga muscular. Se activa en ejercicios de alta intensidad que duran entre 10 segundos y 1 minuto, como una serie de ejercicios funcionales o un intervalo de alta intensidad (HIIT).

    3. Sistema aeróbico

    Este sistema utiliza oxígeno, junto con carbohidratos y grasas, para producir ATP. Es más lento que los sistemas anaeróbicos, pero permite mantener esfuerzos durante largos periodos. Se activa en deportes de resistencia como el ciclismo, el running o el triatlón. La clave aquí es el suministro constante de oxígeno a los músculos.

    ¿Cómo entrenar los sistemas energéticos?

    Dado que cada sistema energético conlleva un proceso diferente, su entrenamiento también lo es. Cada uno de estos se realiza de la siguiente manera: 

    • Sistema de fosfágenos: los entrenamientos deben hacerse en intervalos. Su intensidad debe ser igual o mayor a las demandas del deporte. Es decir, hay que realizar el máximo esfuerzo y trabajar por repeticiones de 10 segundos. De este modo evitamos que empiece en sistema anaeróbico láctico.
    • Sistema anaeróbico láctico: para entrenar este proceso, la intensidad de los ejercicios debe ser máxima y el trabajo debe ser por repetición de entre 10 segundos y 2 minutos. Las pausas entre las repeticiones deben de ser de un minuto, para que la recuperación pueda ser amplia. 
    • Sistema aeróbico: lo primero a trabajar en estos entrenamientos es la duración de los ejercicios y, posteriormente, la intensidad. Este se debe basar en intervalos con tiempos de trabajo que pueden ser breves, como máximo 7 minutos. 

    Relación entre sistemas energéticos y nutrición deportiva

    Una correcta nutrición deportiva es fundamental para garantizar que el organismo tenga los sustratos energéticos necesarios para rendir al máximo. Aquí te resumimos los principales nutrientes implicados:

    • Carbohidratos: son la fuente principal de energía durante el ejercicio. Se recomienda que representen al menos el 60 % del total calórico diario, especialmente en forma de carbohidratos complejos (arroz, pasta, legumbres).
    • Proteínas: esenciales para el desarrollo muscular y la recuperación. Un deportista debe consumir entre 1,2 y 1,7 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día.
    • Grasas saludables: deben aportar entre el 25 y el 30 % de las calorías diarias, priorizando las grasas monoinsaturadas (como las del aceite de oliva y frutos secos) sobre las saturadas.

    Una dieta equilibrada no solo mejora el rendimiento físico, sino que también favorece la recuperación muscular y previene lesiones.

    ATP: la molécula clave en la producción de energía

    El ATP es la moneda energética del cuerpo humano. Aunque nuestros músculos almacenan entre 80 y 100 gramos de ATP, esta cantidad es limitada y se consume rápidamente durante el ejercicio. Por eso, es vital que el organismo pueda reponer ATP constantemente a través de los diferentes sistemas energéticos.

    La eficiencia de estos sistemas depende tanto del entrenamiento como de la nutrición, la hidratación y el descanso. Si cualquiera de estos factores falla, el rendimiento se ve afectado.

    Comprender cómo funcionan los sistemas energéticos en el deporte nos permite entrenar de forma más inteligente y cuidar mejor la alimentación. Para deportistas, entrenadores o nutricionistas, dominar estos conceptos marca la diferencia entre un plan generalista y uno verdaderamente personalizado.

    Si te interesa profundizar en esta temática, te recomendamos la Maestría en Nutrición Deportiva + Maestría Experto en Coaching Nutricional, donde podrás adquirir los conocimientos necesarios para aplicar todo esto de forma profesional y eficaz.