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    No cabe duda que una de las aptitudes comunicativas más importantes que un líder empresarial debe manejar es la inteligencia emocional en el trabajo. Saber percibir una situación complicada y accionar ante ello, siempre dirigiéndose a los demás de manera adecuada, es fundamental cuando se busca construir espacios y equipos de trabajo que den todo su potencial.

    Actualmente, los reclutadores empresariales contratan más a las personas que hayan desarrollado una alta inteligencia emocional. Por dicha razón, te presentamos este post para contarte más del tema, sus características y formas de desarrollarla en el ámbito laboral. Así que, toma nota y empieza a desarrollar la inteligencia emocional en distintas áreas de una empresa.

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    ¿Qué es la inteligencia emocional en el trabajo?

    La inteligencia emocional en el trabajo es la facultad de identificar, gestionar y transmitir las reacciones que surgen en un espacio laboral. Y es que, como el estrés ocurre a menudo al tomar decisiones, una inteligencia emocional bien desarrollada por parte de los líderes y los empleados puede guiar hacia mejores respuestas, manteniendo siempre un ambiente saludable y respetuoso. En definitiva, las personas que tienen puestos directivos se benefician de la inteligencia emocional al ayudar a su plantilla a controlar el estrés y las emociones incómodas o experiencias negativas que atraviesen.

    No obstante, la inteligencia emocional sirve en todos los niveles. Así como proporciona herramientas a las personas para saber qué pasa con sus emociones, también potencia la empatía hacia quienes trabajan en el mismo espacio. Esto permite entender mejor lo que afecta a los empleados de una compañía para actuar de manera oportuna cuando se requiera.

    Características de la inteligencia emocional desarrollada en el trabajo

    Existen diversos factores que permiten saber si alguien practica su inteligencia emocional, especialmente en los entornos laborales. A continuación, te explicamos los cuatro pilares de la IE que se pueden reconocer:

    • Consciencia de uno mismo: cuando sabes reconocer tus emociones y el efecto que tienen en ti.
    • Iniciativa y acción: manejas tus emociones y te autogestionas en situaciones de alto estrés.
    • Empatía: reconoces y aceptas las emociones de los demás.
    • Gestión de relaciones: tienes la capacidad de influir, acompañar y dar consejos a otras personas.

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    ¿Cómo fortalecer la inteligencia emocional en el trabajo?

    Tanto en el trabajo como en la vida, trabajar la inteligencia emocional es fundamental para seguir desarrollándote sin importar el área de especialización. No olvides que con una IE elevada analizarás constantemente el desempeño en cada proyecto, evaluarás los aciertos, fallas y tomarás nota de lo que podría ayudar a mejorar en trabajos futuros. Además, si pones empeño en desarrollar la inteligencia emocional, lograrás crear una herramienta potente con la cual harás buenas relaciones laborales.

    Según el libro de Inteligencia Emocional de Daniel Goleman, existen 5 características importantes que pueden reforzar la práctica de esta cualidad en el trabajo. Te las explicamos a continuación.

    Trabaja la autoconciencia emocional

    Una persona que practica el autoconocimiento entiende sus fortalezas y debilidades y sabe que sus acciones y palabras pueden afectar a los demás.

    Así, al evaluar los sentimientos y emociones que surgen por ciertas situaciones, las personas inteligentes de manera emocional entienden las influencias que tienen las relaciones con otras personas. Por tal motivo, una persona con consciencia de sí misma puede manejar la crítica constructiva y darse cuenta de cuando está desbordada por un sentimiento y lo que lo provocó.

    Un primer paso para desarrollar la inteligencia emocional en el trabajo y ser consciente de tu proceso interno es saber identificar si un diálogo con un compañero o algunas dinámicas laborales te incomodan. ¡Vamos al siguiente paso!

    Transforma tus reacciones

    Una persona que desarrolla su inteligencia emocional actúa de manera calmada al momento de reaccionar ante situaciones incómodas, ¡sobretodo aquellas que se dan en el trabajo!

    Alguien que se autorregula emocionalmente puede explicar con madurez sus emociones; no se abruma con sus sentimientos y se expresa con moderación y control en la oficina.

    Si somos conscientes de las situaciones y las personas que sacan lo peor de nosotros, podremos validar, canalizar y trabajar la ansiedad, el enojo y la frustración.

    Potencia la automotivación

    Es importante ser una persona que se automotiva diariamente. Las personas con una motivación personal alta en sus labores tienen el impulso para alcanzar los objetivos sin tener que ser supervisadas. Incluso, son resilientes y cuentan con un perfil de líder democrático y optimista, incluso en momentos complicados para la compañía.

    ¿Te gustaría saber más sobre este tema? Con nuestra maestría en recursos humanos aprenderás:

    • La motivación en la empresa.
    • Teorías de la motivación.
    • Tipos de motivación.
    • Estándares de eficacia.

    En el siguiente video puedes conocer las claves para potenciar la motivación laboral y lograr que los empleados cumplan los objetivos de una manera más optimista. 

    Convive con tu equipo de trabajo

    Lo mejor que puedes hacer para potenciar tu inteligencia emocional es convivir más con la gente de la oficina. Quienes tienen una inteligencia emocional alta suelen conversar de forma más eficiente, no solo porque saben comunicarse, sino porque también saben qué preguntar y se interesan genuinamente en lo que los/as otros/as dicen.

    Así que, si te sientes presionado o fuera de lugar en cualquier conversación, observa qué es lo que genera esa incomodidad, y si es importante, exprésalo con las personas con las que te sientes así.

    Por otro lado, si trabajas tus habilidades relacionales con tu equipo de trabajo, podrás dejar de lado los impulsos al responder, evitarás las discusiones innecesarias y desarrollarás más el respeto propio y a los demás.

    Evita los juicios

    Estudiar maestría en recursos humanos y gestión de conflictos laborales

    Una de las claves para potenciar la inteligencia emocional en el trabajo es no juzgarse. Esto significa que tu criterio no señale solo tus errores ni se enfoque en lo poco que has avanzado en tu desarrollo de inteligencia emocional. Esto va muy ligado al control de emociones.

    Si no sabes cómo contestar cuando estás bajo presión o cuando tienes un conflicto laboral con alguien, piensa que la solución tiene que ver con la paciencia y el análisis completo de la situación. Recuerda que la paciencia se aplica tanto a ti mismo como con quien tienes que resolver un asunto personal.

     

    ¿Cómo manejar las emociones en el trabajo?

    Manejar las emociones en el trabajo es crucial para mantener un ambiente profesional y productivo. Aquí tienes algunos consejos:

    • Empatía: Comprende las emociones de tus colegas. Practicar la empatía ayuda a construir relaciones sólidas y a manejar conflictos de manera más efectiva.
    • Comunicación efectiva: Expresa tus emociones de manera clara y respetuosa. La comunicación abierta puede prevenir malentendidos y conflictos.
    • Manejo del estrés: Desarrolla técnicas para manejar el estrés, como la meditación, el ejercicio o la gestión del tiempo. Un manejo adecuado del estrés contribuye a un entorno de trabajo más saludable.
    • Resolución de conflictos: Aborda los conflictos de manera constructiva. Busca soluciones en lugar de culpar, y considera la retroalimentación como una oportunidad de mejora.
    • Establecer límites: Aprende a decir “no” cuando sea necesario. Establecer límites te ayuda a evitar sentirte abrumado y a mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
    • Desarrollo de habilidades sociales: Mejora tus habilidades sociales para construir relaciones positivas en el trabajo. La colaboración y el apoyo mutuo son clave para un ambiente laboral saludable.
    • Cambio de perspectiva: Intenta ver los desafíos desde diferentes perspectivas. A veces, cambiar tu enfoque puede ayudarte a encontrar soluciones y reducir la carga emocional.
    • Cuidado personal: No descuides tu bienestar físico y mental fuera del trabajo. Un estilo de vida saludable contribuye a una mayor resiliencia emocional.

    Ejemplo de inteligencia emocional

    Un ejemplo de inteligencia emocional podría ser la siguiente situación en el entorno laboral: imagina que eres un líder de equipo y uno/a de tus colaboradores/as ha cometido un error importante en un proyecto crucial. Aquí está cómo podrías aplicar la inteligencia emocional en esta situación:

    • Autoconciencia: Reconoces tus propias emociones iniciales de frustración o disgusto ante el error, pero también eres consciente de que es importante abordar la situación de manera calmada y constructiva.
    • Autocontrol: Te tomas un momento para respirar profundamente antes de abordar el problema. Evitas reaccionar impulsivamente y en su lugar, decides abordar la situación con calma y claridad.
    • Empatía: Antes de confrontar a la persona, intentas comprender su perspectiva y posiblemente las circunstancias que llevaron al error. Esto te ayuda a abordar la situación de manera más comprensiva y efectiva.
    • Comunicación efectiva: Cuando te acercas al miembro del equipo, eliges tus palabras cuidadosamente. Expresas tu preocupación sobre el error de manera clara y específica, evitando culpar o ser confrontativo. Al mismo tiempo, ofreces apoyo para corregir la situación.
    • Manejo del estrés: Aunque la situación es estresante, te mantienes enfocado en resolver el problema en lugar de permitir que el estrés te abrume.
    • Resolución de conflictos: En lugar de simplemente reprender al miembro del equipo, te enfocas en encontrar soluciones y prevenir errores similares en el futuro. Abres un diálogo para comprender las lecciones aprendidas y cómo se pueden aplicar para mejorar el proceso.

    En resumen, la inteligencia emocional en el trabajo es necesaria para tener una convivencia armónica y mantener un buen ritmo de trabajo. Recuerda que estos consejos, más allá de leerlos, debes ponerlos en práctica, ¡trabájalos mejor con nuestras maestrías en gestión y dirección!